24/11/08

Alberto Pimenta




Discurso sobre el hijo-de-puta



I


El pequeño hijo-de-puta
es siempre
un pequeño hijo-de-puta;
pero no hay hijo-de-puta,
por pequeño que sea,
que no tenga
su propia
grandeza,
dice el pequeño hijo-de-puta.

sin embargo, hay
hijos-de-puta que nacen
grandes hijos-de-puta
que nacen pequeños,
dice el pequeño hijo-de-puta.
además,
los hijos-de-puta
no se miden en
palmos, agrega
el pequeño hijo-de-puta.

el pequeño
hijo-de-puta
tiene una pequeña
visión de las cosas
y muestra en
todo cuanto hace
y dice
que es justo
el pequeño
hijo-de-puta.
aunque
el pequeño hijo de puta
tiene orgullo
de ser
el pequeño hijo-de-puta.
todos los grandes
hijos-de-puta
son reproducciones a la
sazón grandes
del pequeño
hijo-de-puta,
dice el pequeño hijo-de-puta.

dentro del
pequeño hijo-de-puta
están en idea
todos los grandes hijos-de-puta,
dice el
pequeño hijo-de-puta.
todo lo que es malo
para el pequeño
es malo
para el gran hijo-de-puta,
dice el pequeño hijo-de-puta.

el pequeño hijo-de-puta
fue concebido
por el pequeño señor
a su imagen
y semejanza,
dice el pequeño hijo-de puta.

es el pequeño hijo-de-puta
el que da al grande
todo aquello de lo que
él precisa
para ser el gran hijo-de-puta,
dice el
pequeño hijo-de-puta.
además,
el pequeño hijo-de-puta ve
con buenos ojos
el engrandecimiento
del gran hijo-de-puta:
el pequeño hijo-de-puta
el pequeño señor
Sujeto Servicial
Simple Sobra
o sea,
el pequeño hijo-de-puta.



II


el gran hijo-de-puta
también en ciertos casos comienza
por ser
un pequeño hijo-de-puta,
y no hay hijo-de-puta,
por pequeño que sea,
que no pueda
llegar a ser
un gran hijo de puta,
dice el gran hijo-de-puta.

además
los hijos-de-puta
no se miden en
palmos, agrega
el gran hijo-de-puta.

el gran hijo-de-puta
tiene una gran
visión de las cosas
y muestra en todo
cuanto hace
y dice
que es justo
el gran hijo-de-puta.

por eso
el gran hijo-de-puta
tiene orgullo de ser
el gran hijo-de-puta.

todos
los pequeños hijos-de-puta
son reproducciones a la
sazón pequeñas
del gran hijo-de-puta,
dice el gran hijo-de-puta.
dentro
del gran hijo-de-puta
están en idea
todos los
pequeños hijos-de-puta,
dice el
gran hijo-de-puta.

todo lo que es bueno
para el grande
no puede
dejar de ser igualmente bueno
para los pequeños hijos-de-puta,
dice
el gran hijo-de-puta.

el gran hijo-de-puta
fue concebido
por el gran señor
a su imagen
y semejanza,
dice el gran hijo-de-puta.

es el gran hijo-de-puta
el que da al pequeño
todo aquello de lo que él
precisa para ser
el pequeño hijo-de-puta,
dice el
gran hijo-de-puta.

además,
el gran hijo-de-puta
ve con buenos ojos
la multiplicación
del pequeño hijo-de-puta:
el gran hijo-de-puta
el gran señor
Santo y Seña
Símbolo Supremo
o sea,
el gran hijo-de-puta.



***


dónde, procurando bien, no se encuentra un hijo-
de puta. El hijo-de-puta no cambia, el hijo-de-puta
nunca cambia, es eterno; pero evoluciona y alarga su esfera
de ocupaciones, se expande, utiliza nuevos métodos
(de los sanitarios a los cementerios), cuando los viejos,
como todo, acaban por gastarse y dejar de ser
eficaces. Esa es la técnica (o progreso) del hijo-de-puta:
expandirse multinacionalmente en círculos concéntricos,
cada vez más anchos, abarcando en el nuevo
círculo todo lo que tienda a escaparse del antiguo:



***


nada, nada puede detener este surgir y expandir, y lo
mismo se puede naturalmente decir del lugar que el
hijo-de-puta ocupa. El hijo-de-puta, ya sabemos, está
en todos los lugares, aunque tiene hábitos y modos
diversos, conforme al lugar en que se encuentra. Si en
ciertos lugares del sur es por ejemplo musulmán, en
otros es por ejemplo católico y en otros protestante, y
en otros encima judío o incluso ateo. Por eso los
pragmáticos consideran que el orden y la función social
son una cuestión de gusto. El hijo-de-puta es siempre
aquello que los otros hijos-de-puta del momento y
del lugar son; es, porque es eso que “conviene” ser, y
por lo tanto es eso que es él. El hijo-de-puta se inserta
siempre en el proceso en curso, cualquiera que este sea,
y ese es otro rasgo distintivo del hijo-de-puta. El hijo-
de-puta colabora, y anda siempre en el viento, siempre
en la marea, siempre en la ola. El hijo de puta es siempre
en lo más

1 comentario:

Concha Pelayo/ AICA (de la Asociación Internacional de Críticos de Arte) dijo...

pues, sinceramente.

encuentro que me muevo entre algunos hijos de puta.

creo que hay demasiada afición a serlo.

pero...qué hijos de puta que soís.