28/10/09

Paranoia




Hace poco comencé a traducir el libro Paranoia de Roberto Piva,estos son algunos poemas:



POEMA SUMERGIDO


Yo era un poco de tu voz violenta, Maldoror,
cuando los cilios del ángel verde arrugaban las
chimeneas de la calle donde caminaba
Veía a tus muchachas destruidas como ranas por
una centena de pájaros fuertemente de paso
Nadie lloraba en tu reino, Maldoror, donde el
infinito posaba en la palma de mi mano vacía
Y niños prodigio eran maltratados por el Alma
ausente del Creador
Había un revolver imparcialísimo vigilado por las
Amibas en el tejado roído por la orina de tus
mariposas
Un jardín azul siempre enorme arrojaba manchas en mis
ojos inyectados
Yo caminaba por los callejones mirando con alucinada ternura
a las muchachas en la gran farra de los canteros de
insectos perturbados
Tu canto insatisfecho sembraba el antiguo clamor de los
piratas mutilados
Mientras el mundo de formas enigmáticas se desnudaba
para mí, en leves mazurcas



PARANOIA EN ASTRACÁN


Yo vi una linda ciudad cuyo nombre olvidé
donde ángeles sordos recorren las madrugadas tiñendo
sus ojos con lágrimas invulnerables
donde niños católicos ofrecen limones a
pequeños paquidermos que salen escondidos de los corrales
donde adolescentes maravillosos cierran sus cerebros
a los tejados estériles e incendian internados
donde manifiestos nihilistas distribuyendo pensamientos
furiosos acometen la descarga sobre el mundo
donde un ángel de fuego ilumina los cementerios
de fiesta y la noche camina en su hálito
donde el sueño de verano me tomó por loco y decapité
al Otoño de su última ventana
donde nuestro desprecio hizo nacer una luna
inesperada en el horizonte blanco
donde un espacio de manos rojas ilumina aquella
fotografía de pez oscureciendo la página
donde mariposas de zinc devoran las góticas
hemorroides de las beatas
donde las cartas reclaman drinks de emergencia
a lindos tobillos arañados
donde los muertos se fijan en la noche y aúllan
por un puñado de penas lánguidas
donde la cabeza es una bola digiriendo los acuarios
desordenados de la imaginación


VISIÓN DE SÃO PAULO DE NOCHE

Poema Antropófago bajo Narcótico

En la esquina de la calle São Luiz una procesión de mil
personas enciende velas en mi cráneo
hay místicos hablando idioteces al corazón de las viudas
y un silencio de estrella partiendo en vagón de lujo
fuego azul de gin y tapiz coloreando la noche, amantes
chupándose como raíces
Maldoror en copas de marea alta
en la calle São Luiz mi corazón mastica un pedazo de
mi vida
la ciudad con chimeneas creciendo, ángeles limpiabotas con
su argot feroz en la alegría plena de las plazas,
muchachas desharrapadas definitivamente fantásticas
hay un bosque de cobras verdes en los ojos de
mi amigo
la luna no se apoya en nada
yo no me apoyo en nada
soy un puente de granito sobre llantas de garajes subalternos
teorías simples escaldan mi mente enloquecida
hay bancos verdes desplegados en el cuerpo de las plazas
hay una campana que no repica
hay ángeles de Rilke dando las nalgas en los mingitorios
reino-vértigo glorificado
espectros vibrando espasmos
besos resonando en una bóveda de reflejos
grifos tosiendo, locomotoras aullando, adolescentes
roncos enloquecidos en la primera infancia
los malhechores juegan yoyo en la puerta del Abismo
yo veo a Brama sentado en flor de loto
Cristo robando la alcancía de los milagros
Chet Baker gañendo en la vitrola
yo siento el choque de todos los hilos saliendo por las puertas
rotas de mi cerebro
yo veo putos putas patanes torres plomo placas
chopes vitrinas hombres mujeres pederastas y
niños se cruzan y se abren en mí como luna gas
calle árboles luna medrosos surtidores colisión en el puente
ciego durmiendo en la vitrina del horror
me disparo como una tómbola
la cabeza hundiéndoseme en la garganta
llueve sobre mí mi vida entera, angustia ardo
me agito
en las tripas, mi amor, yo cargo tu grito como
un tesoro enterrado
quisiera derramar sobre ti todo mi epiciclo de
ciempiés libertos
asco furia de ventanas ojos bocas abiertas torbellinos de
vergüenza, correrías de marihuana en picnics
flotantes
avispas paseando en respuesta de mis ansias
muchachos abandonados desnudos en las esquinas
angélicos vagabundos gritando entre las tiendas y los
templos entre la soledad y la sangre, entre las colisiones,
el parto y el Estruendo


LA PIEDAD


Yo rugía en los poliedros de la Justicia mi momento
abatido en la extrema palizada
los profesores hablaban del afán de dominar y de la
lucha por la vida
las señoras católicas son piadosas
los comunistas son piadosos
los comerciantes son piadosos
sólo yo no soy piadoso
si yo fuera piadoso mi sexo sería dócil y sólo se erguiría
los sábados de noche
yo sería un buen hijo mis colegas me llamarían
matadito y me harían preguntas ¿por qué el navío
boya? ¿por qué el clavo se hunde?
yo dejaría proliferar una úlcera y admiraría las
estatuas de fuertes dentaduras
iría a bailes donde no podría llevar a mis amigos
pederastas o barbudos
yo me universalizaría en el sentido común y ellos dirían
que tengo todas las virtudes
yo no soy piadoso
nunca podré ser piadoso
mis ojos retiñen y se colorean de verde
Los rascacielos de carroña se descomponen en los
Pavimentos
los adolescentes en las escuelas bufan como perras
asfixiadas
arcángeles de azufre bombardean el horizonte a través
de mis sueños


PLAZA DE LA REPÚBLICA DE MIS SUEÑOS


La estatua de Álvares de Azevedo es devorada con
paciencia por el paisaje de morfina
la plaza leva puentes aplicados en el centro de su cuerpo
y niños jugando en la Tarde de estiércol
Plaza de la República de mis Sueños
donde todo se hizo fiebre y palomas crucificadas
donde beatificados vienen a agitar a las masas
donde García Lorca espera a su dentista
donde conquistamos la inmensa desolación de los días
más dulces
los muchachos tuvieron sus testículos espetados por la
multitud
los labios coagulan sin alarde
los mingitorios ocupan un lugar en la luz
y los cocoteros se fijan donde el viento desordena
los cabellos
Delirium tremens delante del Paraíso culos lampiños
sexos de papel ángeles acostados en los canteros cubiertos
de cal agua humeante en los retretes cerebros
surcados de gestos
los veterinarios pasan lentos leyendo Dom Casmurro
hay jóvenes pederastas embebidos en lila
y putas paseando con la noche en torno de sus uñas
hay una gota de lluvia en la cabellera abandonada
mientras la sangre hace naufragar las corolas
Oh mis visiones recuerdos de Rimbaud plaza de la
República de mis Sueños última sabiduría
volcada en una puerta santa


POEMA DE ARRULLO PARA MÍ Y BRUEGHEL


Nadie ampara al caballero
del mundo delirante

Murilo Mendes

Yo te escucho rugir a los documentos y a las multitudes
denunciando tu agonía a las enfermeras
desarticuladas
La noche vibraba el rostro sobrenatural en los tejados
manchados
Tu boca engullía el azul
Tu equilibrio se desprendía en las voces de las alucinantes
madrugadas
En las discos donde comías pickles y leias San Anselmo
en las desiertas ferrovías
en las fotografías inaccesibles
en las cúspides humedecidas de los edificios
en las borracheras de jerez sobre los túmulos
Las leguminosas se lamentaban madurándose contra el
viento
las drogas daban muchísimo movimiento a los ojos
Saltimbancos de Picasso conociéndote en un callejón
maldito y los ruidos se agachaban en mis ojos
turbulentos resta decir una palabra sobre los robos
mientras los cardenales nos saturan de consejos
bienaventurados y la Virgen lava su culo inmaculado
en la pila bautismal
Rechinan los dientes de la memoria
secretos públicos se pulverizan en algún punto de
América peces trabados se sientan contra la noche
El parque Shangai es conquistado por la luna
adolescentes se besan en el tren-fantasma
sargentos se redondean en el palacio de los espejos
Yo recorro todas las barracas
atropellando ángeles de la muerte chupando helado
los hilos telegráficos simplifican las inundaciones y las sequías
los teléfonos anuncian la disolución de todas las cosas
el paisaje rájase de encuentro con las almas
el viento sur sopla contra la soledad de las ventanas y las
gayolas de carne cruda
Yo abro los brazos a las grises alamedas de
São Paulo
y como un esclavo voy midiendo la vacilante música
de las flamas