12/12/14

Estoy esperando/ Lawrence Ferlinghetti

 Estoy esperando que llegue mi juicio
y estoy esperando
un renacer del asombro

y estoy esperando
que alguien descubra realmente América
y gemir

y estoy esperando
el descubrimiento
de una nueva frontera simbólica en occidente

y estoy esperando
que el águila mexicana
despliegue realmente sus alas
y emprenda bien el vuelo

y estoy esperando
que Primero Sueño La suave patria Muerte sin fin Piedra de Sol Oscura palabra el Ala del tigre Incurable y Kubla Khan se pudran

y estoy esperando
pelear por la guerra
que hará del mundo un lugar seguro
para la anarquía

y estoy esperando
la extinción final
de todos los gobiernos

y estoy en la espera perpetua
de un renacer del asombro.

Estoy esperando la segunda venida
y estoy esperando
una resurrección religiosa
que arrase Michoacán Oaxaca Jalisco Chihuahua Guerrero

y estoy esperando
que almacenen el llano en llamas

y estoy esperando
que prueben
que Dios es realmente mexicano

y estoy esperando seriamente 
que Carlos Alazraki y el Komander
intercambien de papeles seriamente

y estoy esperando
ver a Dios en you tube  you porn twitter instagram
transmitido hasta los altares de la iglesia
si es que pueden encontrar
el wi fi correcto para sintonizarlo

y estoy esperando
que vuelvan a servir la última cena
con un extraño mezcalito nuevo
y estoy en la espera perpetua
de un renacer del asombro.

Estoy esperando mi turno
y estoy esperando 
el colmo total

y estoy esperando
que papi vuelva a casa
con los bolsillos llenos de dólares sangrientos

y estoy esperando que las guerras de Calderón y Peña
y los granaderos de Mancera se acaben

y estoy esperando alegremente
que las cosas se pongan mucho peor
antes de que mejoren
y estoy esperando que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional tome el control
y estoy esperando
que pierda Peña su teleprompter

y estoy esperando
que los buenos sean bendecidos
y hereden la tierra
sin pagar impuestos

y estoy esperando
que los bosques y los animales
reclamen la tierra como suya

y estoy esperando
que inventen una manera
de destruir todos los neoliberalismos
sin matar a nadie

y estoy esperando
que los jilgueros y los planetas caigan como la lluvia
y estoy esperando que los amantes y los ñoños
vuelvan a acostarse juntos
en un nuevo renacer del asombro.

Estoy esperando que sean cruzadas las Mitras

y espero con ansiedad
que el secreto de la vida eterna sea descubierto
por un oscuro chamán en un pueblo perdido
y me salve para siempre de una muerte segura

y estoy esperando 
que la vida comience
y estoy esperando
que las tormentas de la vida
acaben

y estoy esperando partir hacia la felicidad


y estoy esperando
que unas reconstruidas carabelas
nunca lleguen a América
con sus caricaturas y regalías para el cine
vendidas desde antes a los nahuas mayas zapotecas otomíes coras
mazahuas purépechas totonacas tarahumaras huicholes yaquis

y estoy esperando
que la música perdida suene otra vez
en el continente perdido
en un nuevo renacer del asombro.

Y estoy esperando
el día en el que todas las cosas se aclaren 

y estoy esperando que el Río Bravo
deje de pasar por el club de golf

y estoy esperando
que el bajío profundo
pare de reconstruirse
a su propia imagen
y estoy esperando que una dulce calandria sin racismo
descienda aquí
y me lleve de vuelta a la Vieja Guadalajara
y estoy esperando
que la Vieja Guadalajara descubra
exactamente por qué nacen los prietitos

y estoy esperando
que Dios observe
desde el Pico del Fraile
y vea Alta traición
como una verdadera farsa

y estoy en espera de un justo castigo
por lo que Toluca le hizo
a Guillermo Fernández
y estoy en la espera perpetua
de un renacer del asombro.
Estoy esperando que Zacek crezca
y estoy esperando que Memín Pinguín
le arranque las ropas a la Belleza
y se monte encima de ella
y estoy esperando que La peor señora del mundo
me transmita
su sueño total de inocencia
y estoy esperando que
Horacio Kustos llegue
al oscuro hotel final
y estoy esperando
que a la Diana
le broten flechas vivas
en un nuevo renacer del asombro.

Estoy esperando
conseguir algunas sugerencias
para la inmortalidad
y recuperar mi infancia

 y estoy esperando
que las verdes mañanas vuelvan otra vez
que los pinches campos verdes de la juventud vuelvan otra vez

y estoy esperando
que algunas cuerdas de arte involuntario
hagan temblar mi laptop

y estoy esperando escribir
el gran poema definitivo

y estoy esperando
el último largo arrebato imprudente

y estoy en la espera perpetua
de los estudiantes desaparecidos
que regresen por fin y se abracen


y estoy esperando
perpetuamente y para siempre
un renacimiento del asombro.

Lawrence Ferlinghetti


Versión Sergio Ernesto Ríos

21/7/14

Una confesión en la boca de la noche/ Danilo Bueno

  

Quien ya esperó un tren un avión
Quien ya danzó
Cantando los himnos del afecto
                           En esta mañana releí todas las cartas
Eran precarias futilidades
Severo de las convicciones más conmovedoras
Resalté apenas el espectro del mundo
Tengo bolsas solamente para contar las monedas
Del tren que partió indefinidamente
Del lance que perdí
                Envejezco sin edad hasta que todos pasen
Como un raya en mi rostro
La espera en su cicatriz ninguna
Llamado del deseo en su soplo
De calles perdidas y deseadas
Pudiera ser el sueño más grande que la carne
                                De lo que este insomnio a las tres de la tarde
La belleza es de quien la desprecia

***

Amplitud continua y atroz
Contra lo que resta y lo que fue restituido
                       Más allá del olvido y adelante
Contra lo último y aún más
                El reflejo de un nombre soterrado por la brisa
Redimir toda herencia de los poros
             Destruir al Otro siempre Otro de esa sangre
El imprevisto coro del corazón que aviva el incendio
                                                  Cárcel de cabeza, sevicia de juventud
             El muchacho torrencial en el crepúsculo
Tarde que ardía obstinados labios
           El disidente rumor de las ruinas
Contra el miedo, la mudez, la fuga, la sabiduría
           Y los mil nombres del adiós

Danilo Bueno



Traducción de Sergio Ernesto Ríos.

9/7/14

Discurso por ocasión de un congreso internacional de personas jurídicas


Nunca conversé con una empresa.
Las empresas están siempre ocupadas y no acostumbran
hablar con extraños.
Nunca trabajé en una empresa.
Las empresas comen en el self-service más
cercano y hablan diversas lenguas con perfección.
En las empresas hay personas que agarran vasos de whiskey
como si agarraran pitos.
En las empresas hay personas que se masturban en el baño
a la hora del almuerzo.
Trabajo en la misma empresa hace muchos años. Dormimos
en la misma cama y todas las noches ella abre las piernas
para mí.
Las empresas están siempre abiertas y de buen humor.
Las empresas siempre dicen buenos días, buenas tardes, buenas noches.
Hay siempre muchas empresas disponibles cuando las necesito,
por eso no me preocupo.
Las empresas dicen todos los días que no debo preocuparme,
pero yo ya no me preocupaba mucho antes de que ellas me lo dijeran.
Las empresas saben todos mis secretos, pero no los
revelan a nadie.
Las empresas siempre saben qué hacer en cualquier
situación.
Por eso no me preocupo.
Hay personas que insisten en discutir el sexo de las empresas.
Y también las que prefieren no tocar el asunto.
Las empresas nunca están sin asuntos. Son capaces de
conversar durante horas sobre cualquier cosa.
Las empresas nunca pierden el sentido o la razón.
Las empresas nunca se atrasan.
Todos saben donde viven las empresas. Ellas siempre están
abiertas y de buen humor.
Trabajo en la misma empresa hace muchos años y hasta hoy
no sé su nombre, función, razón social o RFC, aunque no
la culpo por eso.
Las empresas están siempre ocupadas, todos los días,
incluyendo fines de semana y feriados religiosos.
Las empresas poseen eslogans y usan siempre los mismos
disfraces, como los superhéroes.
Las empresas acaban y recomienzan todos los días, como las
novelas y las series.
Trabajé en una empresa durante dieciocho semanas y
falté todos los días.
Yo sé cómo funcionan las empresas, incluso sin nunca
haber estado en ellas.
Las empresas siempre funcionan.
Hay personas que se dedican al estudio del comportamiento
de las empresas.
Hay empresas que se destacan por apostar en el potencial
de las personas.
Administré diversas empresas imaginarias en la infancia.
Ninguna falló.
Las empresas pueden ser de diversos tamaños, como los perros,
las pizzas y las estrellas.
Todos los días me levanto temprano y camino hasta la puerta de una
empresa, pero no entro.
No tengo una idea clara de lo que pueda ser una empresa.
Algunas empresas se parecen a las familias.
Algunas familias se parecen a las empresas.
Se especula la existencia de empresas en otros planetas
del  Sistema Solar.
Se cree que un fósil con edad aproximada de cincuenta
mil años puede pertenecer a la empresa más antigua
del mundo.
Las empresas siempre dicen la verdad.
Las empresas nunca se divierten.
Me acuerdo con nitidez de la primera vez que conocí
una empresa.
No acostumbro hablar con empresas extrañas.
Nunca puse un pie en una empresa.
Las empresas no hablan solas.
Mi primer regalo de cumpleaños fue una empresa.
La maternidad en que nací era en realidad una empresa.
Algunas personas conversan con empresas como
si fueran personas.
Algunas empresas conversan con personas como
si fueran empresas.
Nunca conversé con una empresa.
Nunca conversé con una persona.


Bruno Brum



Traducción de Sergio Ernesto Ríos.

4/6/14

Obras cumbres/ Sergio Ernesto Ríos



Les comparto mi nuevo libro, editado por bongo books & Ismael Velázquez Juárez, incluye grandes éxitos, fotografías y manuscritos!

Descarga aquí Obras cumbres por dropbox



La isla
Apunte sobre la poética de Sergio Ernesto Ríos    

En Argentina, Obras Cumbres designa el nombre de una colección discográfica que reúne, en veinte compilados, los hits de las principales figuras del Rock Nacional: Spinetta, Charly García, Soda Stereo, Los Fabulosos Cadillacs, Sumo, Los Violadores y Virus, entre otros. En el caso del libro de Sergio Ernesto Ríos, el mismo título designa, en cambio, una antología de poemas que sintetiza diez años de producción, desde 2004 a 2014. La referencia en relación al rock se me impone como insoslayable a la hora de pensar la singularidad del libro de Ríos. La conjunción dada por la superposición de nombres permite pensar que Obras Cumbres es un sintagma que no solo encabeza, rotula, marca la entrada de lectura a los poemas en el sentido en que nos informa efectivamente que estamos ante una antología, sino que a su vez el título lleva inscripto la inflexión de un tono y la delimitación de un espacio enunciativo para la poesía.
El tono que de pronto percibo como legible surge del contraste con esas otras Obras Cumbres: por un lado, la música como objeto destinado a un público masivo, producto de una industria cultural que transforma el arte en mercancía; por el otro, la poesía como trabajo artesanal no alienado destinado a circuitos minúsculos de lectores que no son ya aquellos “lectores sin rostro” de los que habla Bourdieu en Las reglas del arte, sino lectores bien concretos, bien específicos: amigos íntimos, ocasionales, familiares, conocidos, vínculos cercanos o lejanos, pero que, en definitiva, entran siempre en relación de proximidad. El tono, entonces, de pronto nos ofrece el destello de un halo paródico: una cumbre que parece estar asociada paradójicamente, por la risa irónica que convoca, al pie antes que a la cima: a la ladera de lo minoritario.
Y entonces irrumpe el problema del espacio enunciativo: como si en el terreno de la poesía ya no hubiera lugar, precisamente, para esas alturas. Y en este sentido, las Obras Cumbres de Sergio Ernesto Ríos se presentan necesariamente como una intervención del espacio poético y sus materiales constitutivos. Así, en el poema “Del fuego que trasciende el fuego lema”, leemos una extensa y profusa enumeración sobre tipos de poemas posibles de los cuales estos versos son apenas una pequeña muestra:

poemas que pierden la cola como una lagartija
poemas que usan la palabra atroz
poemas con ojos de pájaro
poemas de curacaví
poemas del sueño en que shiva golpea con ocho y doce y veinticuatro puños a un vagabundo
poemas de los morochucos
poemas en el hospital dos de mayo
poemas y cartas desde la calle sicomoro
poemas con la palabra yoli
poemas con la palabra iglú vejado rabia levitar incomunicación

Ya el pulso de esa enumeración vertiginosa recuerda aquella clasificación delirante de los animales que aparece en la remota enciclopedia china de “El idioma analítico de John Wilkins”, texto de Borges que convocó la atención y la risa de Michel Foucault en el prólogo a Las palabras y las cosas. En esta enciclopedia, los animales se parecen a esos “poemas” del poema de Ríos, precisamente por el pulso clasificatorio que los hermana a la vez que los divide en: “i) que se agitan como locos, j) innumerables, k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, l) etcétera, m) que acaban de romper el jarrón, n) que de lejos parecen moscas”. En el texto de Borges, como nos recuerda Foucault, lo monstruoso no es la vecindad sino el espacio común del encuentro: el lenguaje es el soporte de esa heterotopía. Sin embargo, ahí donde Borges retiene la marca de un orden que hace tambalear el Orden (la enumeración alfabética y la precisión exacerbada, y hasta ridícula, de los criterios clasificatorios), en Ríos nos encontramos con que ya no queda ninguna vecindad sino pura precipitación de una cosa sobre la otra, y esas cosas que se precipitan ni siquiera son probables (“poemas que pierden la cola como una lagartija”). Eso: el poema mismo se vuelve un índice de improbabilidad en tanto debe inmolarse para existir.
Y por acá pasa precisamente uno de los efectos de lectura más fuertes de la poética de Ríos: lo críptico del lenguaje poético no equivale a lo oculto, ni siquiera a un rasgo de oscuridad emparentado con el barroco o el surrealismo. Por el contrario, ese encriptarse del lenguaje poético hace aparecer una nueva superficie de inscripción en donde las palabras ya no operan como signos, sino como verdaderos objetos, cosas, que hay que descifrar pero no en un sentido hermenéutico sino como forma de manipular el poema con los ojos, el tacto, la boca y el oído. Leer es, acá, pasar por el poema y llevarse lo incomprensible, una especie de mantra preciado como el que leemos en “las corporaciones de telegramas no son larvas dóciles”:

le dije al Sr. Cavatumbas 
los niños zombis aman a las tortugas
deslizándose en sus jugos gástricos

entierra mi corazón en Varsovia

le dije al Sr. Cavatumbas
sólo si fuera convidado a un día de campo
en el jardín selenita

entierra mi corazón en Varsovia

La sensación que nos interpela cuando leemos la poesía de Sergio Ernesto Ríos es que ya no hay contienda entre sentido y sinsentido, porque lo que queda como resonando en la lectura es una verdad desligada, que se impone casi como un mandato musical, más allá de su significado: “entierra mi corazón en Varsovia”. Punto.
De esta manera, por último, el sentido queda ligado ya no a un efecto de significado sino a una temporalidad, a una duración, como leemos en una de las entradas de “Muerte del dandysmo a quemarropa”: “19.  Los poemas son como diminutas madres-topo desfallecientes dando a luz en una isla que en ese instante declara una ley para exterminar a las madres-topo y sus crías”. Finalmente, la poesía, el sentido que ella representa, aquel que es capaz de producir, irrumpe, en la escritura de Sergio Ernesto Ríos, como el instante de vida previo a la institución de una ley de exterminio. Y de alguna manera nos advierte: no olvidemos que nosotros también estamos en la misma isla.  

Matías Moscardi
Mar del Plata, Argentina
Mayo de 2014

  

12/5/14

Tres poemas de Tahar Ben Jelloun


La luz pesó demoradamente sobre mi memoria
yo estaba despedazado encima de granos de arena
un cuerpo de tinta
preso a la arcilla de la mañana
preso al alga intacta
el día
enguantado
roba la risa
a las piedras de la ciudad

***

El día claro
suspenso
entre el alba y la piedra
se yergue
adentro de la soledad del niño
que habita la gacela
y olvida el sueño

***

La madrugada roza la ola
lame las botas de los pescadores adormecidos
desune las manos callosas del peón
despierta los senos desnudos de las muchachas que amasan pan
y se aparta al cielo
donde niños pesarosos
andan en busca de lumbre



Traducción de Sergio Ernesto Ríos.               

Poemas Sci-fi


Que mi retrato petrificara a los selenitas, que mis retratos se cultivaran en invernaderos y colgaran a gran altura, entre nubes salidas de heliotropos, que las aves hicieran con mi retrato pequeñas sombrillas. Mi retrato como un campo magnético, una vacuna, una ofuscación. Mi simple retrato pastando como un búfalo alrededor de los satélites.


letal

este glifo esta hélice que remonta
cuando hablo a las astronaves

al fuego tupido de tentáculos
flotando con nos cuando giramos
disparados por un revólver  

las astronaves y nos sobre un relieve ámbar

y les digo queridas astronaves hagan lugar a las escamas
los humanos son las escamas
ningún humano será un profeta barbado
un profeta barbado
es un francotirador  en retirada

la historia de los profetas barbados
son cien por ciento abducciones
encuentros y rechazos y arduas preceptivas
de zarzas parlantes

yo amo zarzas parlantes fresquitas en mi plato  



 Puedes confundir estas figuras maternas con organismos cibernéticos que proceden del manatí.



los ojos de los emisarios en la pantalla de televisión

si es niña que se llame jerigonza
y luna en un jardín de miembros siameses
y la promesa y el monstruo
y no puedo levantar la cuesta
y jaula con máquinas para la ciudad al fondo de mi sien
y un dulce nuevo estilo de estar intoxicados
y bulbo que marcha a la sombra
equidistante
entre una sala de quirófano y un bosque
y golosina tras la muerte
y nostalgia subterránea extraterrestre
del calor de hogar 



Los fetos prefieren choques eléctricos y un pequeño bozal, miro sus cabezas verdes en forma de aeróstatos rodearme.


mereces la ciencia ficción

la gracia prudente
de una reservación de asientos eyectores
observados en un cuenco de cristal

en el desamor
que viste un kimono de luces plateadas
y rastros de paracaídas

medusas o pulpos o flores verticales
medusas o pulpos o flores verticales
medusas o pulpos o flores verticales



Soy un tratado de la prehistoria, tus ojos lograron excavar y luego equivocarse sobre los títulos del miedo.



guía anestésica para pequeños animales
para Sisi
me dijo que venía de melmac
era pequeñita apenas ochenta y dos centímetros
y tenía el pelaje café claro
unos ojos redundantes en la oscuro
y la nariz curiosa de un oso hormiguero
unas botas grises extraordinarias le ayudaban a flotar y teletransportarse

su aeronave tenía la apariencia de una cáscara de nuez 
todo lo controlaba con la mente y era instantáneo
subimos
esto es una bola de fuego
esto es la misericordia
las nubes repetidas en nubes espejos
dragones a contramano
un test espacial
los roedores suben noventa grados
las constelaciones son dirigidas en pases de molusco




Sit tibi terra levis.


 Sergio Ernesto Ríos




29/4/14

HORÓSCOPO CHINO de Wilson Bueno



El librito, comprado al azar, en un puesto de periódicos, me cuenta una historia ancestral: cinco siglos antes de Cristo, en el Año Nuevo Lunar, Budha convocó a todos los animales de la creación, prometiendo dividir con ellos su desinfinita felicidad, a la que daban el nombre de mansedumbre.
Comparecieron, por orden, el Ratón, el Búfalo, el Tigre, el Gato, el Dragón, la Serpiente, el Caballo, la Cabra, el Mono, el Gallo, el Perro y el Jabalí. Y, a cada uno de ellos, Gautama sopló un año, que encarnase –para toda la eternidad- su corazón y virtud. Al Hombre restó nacer en cada uno de estos años e impregnarse irremediablemente de la naturaleza primera de los animales iluminados por el llamamiento del Despierto- éste que al contrario de nosotros, no duerme ni sueña la vida. Cómo habrá visto estos animales construidos de exasperación y sufrimiento y angustia no lo explica la leyenda  ni tampoco el misterio del Budha Gautama hace dos mil quinientos años de este nuestro fin de milenio.
Se sabe apenas que el Despierto estableció un ciclo de doce años para combinar  la interacción entre los hombre y los animales que, elegidos por su ternura, habrían de reinventar, por la eternidad, el ritmo –preciso- de una zoología fantástica. Ningún hombre errará de ser uno de estos animales y no escapará de lo que en ellos puede constituir la marca de un fracaso o de una obstinación llena de fiebre, y fugacidad. En un pentagrama de seda, Siddharta inventó para cada animal el bemol de una música particularísima que, transferida al hombre, bien puede ser el emblema de una danza suicida. O la edificación de un sueño que se esfuerza por ser completamente soñado.
Ya no leo el pequeño volumen, comprado al azar; en la mejor tradición de Budha, es él quien todo me lee y descubre, por mí, que soy Búfalo, así como Búfalos fueron la espesura de Van Gogh, el genio melancólico de Chaplin,  la pasión inflamada de Cocteau, el dibujo enfurecido de las abstracciones de Bach, los dioses infernales de Dante, horrores de Hitler y, basta dirán, escuchar estrellas, de Olavo Bilac. Además, claro, de los simples mortales nacidos en 1913, 1925, 1937, 1949, 1961, 1973, 1985 y los que llegaron a nuestro mundo insensato en 1997 y los que nascerán en 2009, si es que todavía allá habrá nacimientos y horóscopos.
Desde aquí, imagino al animal antiguo, paseando, a través de los siglos, su forma lenta, de ojos pacientes y vigilantes, y cuyos cuernos Ovídio inscribió en Las Metamorfosis con “el brillo de una gema de fina agua”, él, el viejo Minotauro, guardián de los laberintos. Tarde de noche, trazo su dibujo en el aire, casi un bisón, y me mira con un mugido que hace del búfalo sólo un animal con hambre.
En los charcos y arrozales, rudamente plantado en la lama, es sobre todo con la cabeza baja que arremete contra el destino, los músculos tensos, los ojos quién sabe si ciegos, y la enorme testa capaz de hacer de una trampa exclusiva los destrozos de un recuerdo enjaulado.
Como los kamikazes o los escorpiones.




Traducción de Sergio Ernesto Ríos.

25/4/14

Del libro "Ciclones" de Roberto Piva



Poema vértigo


Yo soy el viaje de ácido
     en los barcos de la noche
Yo soy el muchacho que se masturba
     en la montaña
Yo soy tecno pagano
Yo soy Reich, Ferenczi & Jung
Yo soy el Eterno Retorno
Yo soy el espacio cibernético
Yo soy la floresta virgen
     de las muchachas convulsivas
Yo soy el platillo volador tatuado
Yo soy el muchacho y la muchacha
     Casa Grande & Senzala
Yo soy la orgía con el
      muchacho rubio y su novia
      de vagina colorida
      (él vestía las braguitas de ella
       & danzaba vuelto Shiva
       en mi cuerpo)
Yo soy el nómada de Orgón
Yo soy la Isla de Terciopelo
Yo soy la invención de Orfeo
Yo soy los ojos pescadores
Yo soy el tambor del Chamán
      (& el Chamán cubierto
      de pieles y andrógino)
Yo soy el beso de Uranio
      de Al Capone
Yo soy una ametralladora en
      estado de gracia
Yo soy la pomba-gira del Absoluto


***
esqueleto de luna
el tiempo
tambor tan frágil
vomitando la noche


***
el muchacho
& su culo en flor
adorno de un dios
deslumbrando el caos


***
sé depravado
sé volcán
sé andrógino
caballo de Dionisos
en el diamante más precioso


***
¿cien planetas? ¿cien pupilas?
simpatía de las cosas distantes
la nada árida de las arenas


***
muchacho jaguar
& su tribu
bajando de los tejados
saltando ventanas
skates carnívoros
rondando
ciudades muertas


***
bigotes semáforos
             de Nerval
soledad
tarots repletos de
          poesía
desdichado
alas rojas
         infladas en el poniente

***
Rimbaud
muchacho-Panzer
muslos dorados
               de mochilero de las estrellas
puer de la alquimia


Roberto Piva


Traducción de Sergio Ernesto Ríos