12/5/14

Poemas Sci-fi


Que mi retrato petrificara a los selenitas, que mis retratos se cultivaran en invernaderos y colgaran a gran altura, entre nubes salidas de heliotropos, que las aves hicieran con mi retrato pequeñas sombrillas. Mi retrato como un campo magnético, una vacuna, una ofuscación. Mi simple retrato pastando como un búfalo alrededor de los satélites.


letal

este glifo esta hélice que remonta
cuando hablo a las astronaves

al fuego tupido de tentáculos
flotando con nos cuando giramos
disparados por un revólver  

las astronaves y nos sobre un relieve ámbar

y les digo queridas astronaves hagan lugar a las escamas
los humanos son las escamas
ningún humano será un profeta barbado
un profeta barbado
es un francotirador  en retirada

la historia de los profetas barbados
son cien por ciento abducciones
encuentros y rechazos y arduas preceptivas
de zarzas parlantes

yo amo zarzas parlantes fresquitas en mi plato  



 Puedes confundir estas figuras maternas con organismos cibernéticos que proceden del manatí.



los ojos de los emisarios en la pantalla de televisión

si es niña que se llame jerigonza
y luna en un jardín de miembros siameses
y la promesa y el monstruo
y no puedo levantar la cuesta
y jaula con máquinas para la ciudad al fondo de mi sien
y un dulce nuevo estilo de estar intoxicados
y bulbo que marcha a la sombra
equidistante
entre una sala de quirófano y un bosque
y golosina tras la muerte
y nostalgia subterránea extraterrestre
del calor de hogar 



Los fetos prefieren choques eléctricos y un pequeño bozal, miro sus cabezas verdes en forma de aeróstatos rodearme.


mereces la ciencia ficción

la gracia prudente
de una reservación de asientos eyectores
observados en un cuenco de cristal

en el desamor
que viste un kimono de luces plateadas
y rastros de paracaídas

medusas o pulpos o flores verticales
medusas o pulpos o flores verticales
medusas o pulpos o flores verticales



Soy un tratado de la prehistoria, tus ojos lograron excavar y luego equivocarse sobre los títulos del miedo.



guía anestésica para pequeños animales
para Sisi
me dijo que venía de melmac
era pequeñita apenas ochenta y dos centímetros
y tenía el pelaje café claro
unos ojos redundantes en la oscuro
y la nariz curiosa de un oso hormiguero
unas botas grises extraordinarias le ayudaban a flotar y teletransportarse

su aeronave tenía la apariencia de una cáscara de nuez 
todo lo controlaba con la mente y era instantáneo
subimos
esto es una bola de fuego
esto es la misericordia
las nubes repetidas en nubes espejos
dragones a contramano
un test espacial
los roedores suben noventa grados
las constelaciones son dirigidas en pases de molusco




Sit tibi terra levis.


 Sergio Ernesto Ríos




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