29/4/14

HORÓSCOPO CHINO de Wilson Bueno



El librito, comprado al azar, en un puesto de periódicos, me cuenta una historia ancestral: cinco siglos antes de Cristo, en el Año Nuevo Lunar, Budha convocó a todos los animales de la creación, prometiendo dividir con ellos su desinfinita felicidad, a la que daban el nombre de mansedumbre.
Comparecieron, por orden, el Ratón, el Búfalo, el Tigre, el Gato, el Dragón, la Serpiente, el Caballo, la Cabra, el Mono, el Gallo, el Perro y el Jabalí. Y, a cada uno de ellos, Gautama sopló un año, que encarnase –para toda la eternidad- su corazón y virtud. Al Hombre restó nacer en cada uno de estos años e impregnarse irremediablemente de la naturaleza primera de los animales iluminados por el llamamiento del Despierto- éste que al contrario de nosotros, no duerme ni sueña la vida. Cómo habrá visto estos animales construidos de exasperación y sufrimiento y angustia no lo explica la leyenda  ni tampoco el misterio del Budha Gautama hace dos mil quinientos años de este nuestro fin de milenio.
Se sabe apenas que el Despierto estableció un ciclo de doce años para combinar  la interacción entre los hombre y los animales que, elegidos por su ternura, habrían de reinventar, por la eternidad, el ritmo –preciso- de una zoología fantástica. Ningún hombre errará de ser uno de estos animales y no escapará de lo que en ellos puede constituir la marca de un fracaso o de una obstinación llena de fiebre, y fugacidad. En un pentagrama de seda, Siddharta inventó para cada animal el bemol de una música particularísima que, transferida al hombre, bien puede ser el emblema de una danza suicida. O la edificación de un sueño que se esfuerza por ser completamente soñado.
Ya no leo el pequeño volumen, comprado al azar; en la mejor tradición de Budha, es él quien todo me lee y descubre, por mí, que soy Búfalo, así como Búfalos fueron la espesura de Van Gogh, el genio melancólico de Chaplin,  la pasión inflamada de Cocteau, el dibujo enfurecido de las abstracciones de Bach, los dioses infernales de Dante, horrores de Hitler y, basta dirán, escuchar estrellas, de Olavo Bilac. Además, claro, de los simples mortales nacidos en 1913, 1925, 1937, 1949, 1961, 1973, 1985 y los que llegaron a nuestro mundo insensato en 1997 y los que nascerán en 2009, si es que todavía allá habrá nacimientos y horóscopos.
Desde aquí, imagino al animal antiguo, paseando, a través de los siglos, su forma lenta, de ojos pacientes y vigilantes, y cuyos cuernos Ovídio inscribió en Las Metamorfosis con “el brillo de una gema de fina agua”, él, el viejo Minotauro, guardián de los laberintos. Tarde de noche, trazo su dibujo en el aire, casi un bisón, y me mira con un mugido que hace del búfalo sólo un animal con hambre.
En los charcos y arrozales, rudamente plantado en la lama, es sobre todo con la cabeza baja que arremete contra el destino, los músculos tensos, los ojos quién sabe si ciegos, y la enorme testa capaz de hacer de una trampa exclusiva los destrozos de un recuerdo enjaulado.
Como los kamikazes o los escorpiones.




Traducción de Sergio Ernesto Ríos.

25/4/14

Del libro "Ciclones" de Roberto Piva



Poema vértigo


Yo soy el viaje de ácido
     en los barcos de la noche
Yo soy el muchacho que se masturba
     en la montaña
Yo soy tecno pagano
Yo soy Reich, Ferenczi & Jung
Yo soy el Eterno Retorno
Yo soy el espacio cibernético
Yo soy la floresta virgen
     de las muchachas convulsivas
Yo soy el platillo volador tatuado
Yo soy el muchacho y la muchacha
     Casa Grande & Senzala
Yo soy la orgía con el
      muchacho rubio y su novia
      de vagina colorida
      (él vestía las braguitas de ella
       & danzaba vuelto Shiva
       en mi cuerpo)
Yo soy el nómada de Orgón
Yo soy la Isla de Terciopelo
Yo soy la invención de Orfeo
Yo soy los ojos pescadores
Yo soy el tambor del Chamán
      (& el Chamán cubierto
      de pieles y andrógino)
Yo soy el beso de Uranio
      de Al Capone
Yo soy una ametralladora en
      estado de gracia
Yo soy la pomba-gira del Absoluto


***
esqueleto de luna
el tiempo
tambor tan frágil
vomitando la noche


***
el muchacho
& su culo en flor
adorno de un dios
deslumbrando el caos


***
sé depravado
sé volcán
sé andrógino
caballo de Dionisos
en el diamante más precioso


***
¿cien planetas? ¿cien pupilas?
simpatía de las cosas distantes
la nada árida de las arenas


***
muchacho jaguar
& su tribu
bajando de los tejados
saltando ventanas
skates carnívoros
rondando
ciudades muertas


***
bigotes semáforos
             de Nerval
soledad
tarots repletos de
          poesía
desdichado
alas rojas
         infladas en el poniente

***
Rimbaud
muchacho-Panzer
muslos dorados
               de mochilero de las estrellas
puer de la alquimia


Roberto Piva


Traducción de Sergio Ernesto Ríos