2/2/11
Metrópolis 32 / Especial de poesía portuguesa / Febrero 2011
Ya circula el especial de poesía portuguesa contemporánea que preparé para la revista Metrópolis.
Eclesiastés
Seulete suy et seulete vueil estre
Seulete m'a mon doulx ami laissiee
Christine de Pisan
Tiempo de coger
tiempo de no coger
saber regir
los tiempos
saber estar sola
para saber estar contigo
y viceversa
aquí están mis cuentas
de lo que fue
Adília Lopes (Lisboa,1960)
***
Abrió en el colchón las zanjas posibles
y enterró por orden alfabético
cada parte del cuerpo: los pelos
los pantanos las uñas enclavadas
y las uñas que otros clavaron por los muslos.
Estudió cuidadosamente las olas las horas
para que no quedaran dudas
sobre los caminos marítimos
hacia la noche. Por fin
podó todas las ventanas del cuarto;
bebió el vino;
royó la carne del cuarto
hasta no dejar ningún corazón.
Catarina Nunes de Almeida (Lisboa,1982)
***
Ellington siempre me pareció nervioso.
Lo mismo sucedía con nuestros juegos psicológicos.
Había en la familia una moldura diferente
atribuida a cada sentimiento.
Luego de degollarnos en la sala la pregunta era esta:
¿qué moldura sentimos que sea parte de nuestro espíritu?
Yo decía tristeza y murmuraba siempre tristeza
y el corazón del padre nos abandonaba con vergüenza
la madre envolvía las manos para sujetar el amor
y yo adormecía en delirio y despertaba siempre en delirio.
El juego de la moldura tenía la ventaja de la incomprensión.
En una familia hay los realizadores de molduras
y los que sienten la realización de la materia emocional.
Las más bellas resoluciones eran hechas
en presencia de Ellington.
Improvisación ambiental familiar.
Fernando Esteves Pinto (Cascais,1961)
Veintiocho promesas fundamentales para el año dos mil nueve
cortar las muñecas pasando por cada vena,
inundar la cama, volver a coserlas en apenas
algunos minutos. perfeccionar todas las
técnicas de resucitación. después, ser para siempre
con la ganancia distinta de la felicidad
Valter Hugo Mãe (Saurimo,Angola,1971)
trazo común
me descalzo de sombras para llegar hasta ti
las líneas de mi rostro son clarísimas
en ellas no ves el viejo el niño el adulto
ves apenas el trazo común
que es donde busco tu mano
en la transparencia de mi palabra entera
Vasco Gato (Lisboa,1978)
COME ON
gracias en vietnamita se dice cám ón
Miguel-Manso (Santarém,1979)
PECADO CAPITAL
La Victoria de Samotracia
es más o menos mi historia
sentimental: todas tenían un cuerpo
y hasta alas
pero poca cabeza.
Daniel Jonas (Porto,1973)
ERRATA
Donde se lee Dios debe leerse muerte.
Donde se lee poesía debe leerse nada.
Donde se lee literatura debe leerse ¿el qué?
Donde se lee yo debe leerse muerte.
Donde se lee amor debe leerse Inês.
Donde se lee gato debe leerse Barnabé.
Donde se lee amistad debe leerse amistad.
Donde se lee taberna debe leerse salvación.
Donde se lee taberna debe leerse perdición.
Donde se lee mundo debe leerse sáquenme de aquí
Donde se lee Manuel de Freitas debe ser
con certeza un sitio muy triste.
Manuel de Freitas (Vale de Santarém,1972)
***
Pájaro de transiciones fluviales
tímidamente a pique en la curiosidad embriagada de los
triángulos
Pájaro bermejo de las églogas buscando los estallidos de los fórceps de la
claridad
sobre los cintos extravagantes de los noticiarios que empavonan
patrullas del relámpago
en los ascensores vigilantes de los pulpos implacables
Las alas esplendorosas protegen las confidencias
disponibles en los muelles enronquecidos
donde los ángulos centenarios de los cencerros tañen
las escuadrillas ávidas de las polichinelas pendulares
Los libreros impacientes engoman las esporas bronceadoras de los desvanes
silenciosos
aquí los pájaros subrayan los insaciables frenesíes de los venenos para que empolvaran los semáforos imperceptibles de los sórdidos armazones
como los áspides de los verdugos reclamaran el exilio patriarcal
de las meretrices danzarinas
Las aletas libertinas de los cofres geológicos planean
sobre las escalinatas cristalizadas de los
astrólogos excepcionalmente rezagados
en el parapeto odorífero de los bordes
donde la argamasa experimentada de los
mástiles son los reflejos compulsivos de los pulmones
Los pájaros alienígenas se sumergen en las incubaciones
de las guadañas remolcadoras que palpiten obstinadamente
entre los círculos
repercutidos de las balanzas pélvicas de las divas
Los solitarios vuelos se lanzan en los vacilantes tronos de las sabanas
donde las perezosas combustiones encrespan los chistes
furtivos de los párpados
Las densidades hirsutas de los vuelos se depuran en las mechas
noctívagas de las faldas lúbricas
como la antracita de los espiráculos para proteger las curvaturas
ambulantes de la perla epidérmica
Los pólenes niquelados de los vuelos crepitan en los histéricos miasmas
probablemente para transformar los pasajes del fuego en un musgo de gargantas nómadas
pobladas de retoños
imprevisibles
Las planicies incesantes de los vuelos reactivan las almohadas del deseo en el
luminiscente sollozo de las víboras
Los vuelos desvelados en consonancia con las respiraciones vertiginosas
de las prostitutas interfieren similarmente
en el impetuoso silencio de los flashs rastreadores
de las primeras habitaciones nocturnas
Luís Serguilha (Vila Nova de Famalicão,1966)
APOCALYPSE NOW
Minutos antes del fin del mundo, los poetas
retirarán las comas a los textos y los títulos a los textos
y la ropa al cuerpo y los anillos a los dedos
porque no había tiempo
para tanta ostentación.
Pero los amantes que, a la misma hora, entretenidos
leían uno a otro poemas de amor
en el barroco banco del jardín
no imaginaban
el trabajo que aquello les daba
Filipa Leal (Oporto,1979)
I
Nos metemos excesivamente con los muertos, me decías.
Sus ojos negros, acuáticos, misteriosamente
náufragos del tiempo como momias de niños
enfermas del amor de los padres o árboles quietos
ensimismadas sobre su propia soledad.
Aún así observo demoradamente tu desnudez
sin olvidar que también morirás un día.
Háblame secretamente de las magnolias, del modo
como caen los pétalos sobre la tierra en los últimos días.
Los que no saben de la súbita blandura de las mañanas,
recogen silenciosamente fragmentos de la luz de marzo.
Pero tú nunca caminas sobre el trigo, ni asistes
a la devastación de un amor más grande que la muerte.
Derramarás tu sangre en la tierra incendiada,
para que lloren las flores el ineludible desenlace del invierno.
Nos metemos excesivamente con los muertos.
Descarnamos sus huesos como si nos ardiesen
las extremidades de los dedos y ladrillos dorados
nos pesaran sobre los relieves de las manos.
Me detengo en los silencios descosidos
de tu ropa adentro, en la extrema soledad
que anochece la tundra contra el hambre
esférica en el cielo de la boca o lenguas de fuego
sobre nuestras cabezas.
Serás como el fin del mundo en una caja
a los pies de la cama o la suspensión
demorada en el crepitar de las ausencias.
Hubo un tiempo en que yo desconocía el miedo.
Dios aún amaba a los hijos de los hombres
cuando, años más tarde, dejó de llover.
Cayó un libro de tus manos como presagio.
Es verdad que todavía espero el rumor blanco de las planicies,
la superficie de la mañana, tu boca como el estío.
José Rui Texeira (Porto,1974)
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