Interrumpo el diario aseo de los nenúfares. Yo escucho a mi cabeza decir movimiento continuo, con la destemplada voz de un anciano sordo que no registra sus palabras. Leo dos, tres veces los poemas de Muerte al dandysmo a quemarropa y regreso a escribir el alivio de los emigrados: toda biblioteca es guarida de un dragón invisible. Con la minuciosidad de los azulejos de Rafael Lozano-Hammer se tejen estos poemas de filo hilado. En cada cabeza pilota un familiar de san Gaspar atado a un narguile gigante. Los contrapuntos rítmicos dan en el clavo de la aspiración. Sólo lo difícil es estimulante, dijo Lezama entre orgasmos varios. El asunto es la velocidad que es ilusión de movimiento, chasquido de lengua infernal, motivo para la solución de conflictos armados. Entre la colección, y no lo digo al azar, reina el Rojo encanto de marmota o la plaza de Ángeles drogados de Roberto Piva. Hay amor, odio órfico, lisiados, arena y bosques, la palabra iglú, tratamientos faciales y colas de cerdos. La convención es el amor de los valientes, caballeros de paja cósmica, enlazando sus destinos a los poemas cabriola. Comúnmente la poesía es para iniciados y en este caso es iniciación. Apertura de un portal que refriega la misión alíen. Hadas y cosas derritiéndose. Las tres secciones del libro recrean un viaje en tranvía estelar. La primera sección, constituida por dos largos poemas, abre la convención y lanza la imaginación a trote desbocado. Una sentencia recorre los versos, la poesía es el reino de las posibilidades activadas. Si en cada fenómeno, antes de su concreción, se conjuntan todas las posibilidades, todas las formas posibles para ese fenómeno, entonces la poesía es el despliegue de todo eso que aguardaba in nuce la ejecución del destino. Poemas para contradecir a la historia. Poemas para escapar del destino, poemas para montar una nube.
La sección segunda, fuga el sentido hacia la iluminación de todas las cosas. A partir de encadenamientos sonoros la realidad muestra un modelo de juego que no parece diseñado para la calma. Es la voz profética del poeta la que dice las relaciones no visibles entre realidades ajenas. Aliteraciones para estar en el mundo. Todo poeta es una boca y una cornamenta.
En la tercera parte vuelve el gato a la ceniza y los poemas son una versión pesadillesca del descenso órfico. Las piedras cantan, conmovidas, el justo precio de las horas. Hay un peso específico en cada jugada, en cada imagen, que se despliega como abanico en el poema.
La obra de Sergio Ernesto Ríos viene de la estación Albión, y aquí reitera su vocación elemental: poner en crisis las nociones reificadas de la poesía, del poema y del poeta. El justo humor que acompaña estas indagaciones abre el espacio gnóstico donde el misterio cobra volumen. No estamos solos, pero no todos los visitantes llegan de arriba. Algunos vienen de dentro.
Arsenal de imágenes y sonoridad disrruptiva: esos elementos invaden al lector como un abordaje pirata con los sentidos revueltos. La aspiración de un fuego elemental y el sentido visionario de la experiencia poética.
Capricornio ejemplar, gallo en el horóscopo chino, se rige por Saturno y por la indagación, por la búsqueda permanente. Signo de tierra, rige las rodillas, las articulaciones, los ligamentos, los huesos y los dientes. Los cabellos, la piel.
Luis Alberto Arellano