20/6/12

De ovíparos nunca nacen bebés katana




 De ovíparos nunca nacen bebés katana

La membrana de un reptil detecta sonidos; torturado con instrumentos diversos, maquinas de imposición, calefacciones de lasca, glaseos de metileno, trituradores en la parte maxilar, a guisa de tentáculos en rotación. Se inflama el lanugo, el cuerpo esférico pequeño para así procesar, en su gusto, una pieza lenitiva; en los aligátores los dientes no son visibles, en el diafragma se introduce un trozo semejante a una galeaza con sulfuro natural de plomo, para desparejar las masas escamosas en la cavidad ventricular se esconde un instrumento paulatino de hidrocución, entre el tercer parpado y las fosas nasales se estimula una hemorragia con una prensa hermética, el tegumento cervical se aísla con un aspa dentada si está echado sobre el vientre.   

Sergio Ernesto Ríos

Publicado en la revista Dédalo, número 5, Junio de 2012.


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