9/3/12

Vendrá la beca y tendrá tus ojos





VENDRÁ LA BECA Y TENDRÁ TUS OJOS


A propósito del primer encuentro del FONCA en León, Guanajuato, varias ideas me quedaron entrampadas. Siempre lo han hecho. Pero baste mencionar la palabra ‘León’ para darle cierto toque de nihilismo regional –oh eterno José Alfredo– y escribirlas aquí.
‘Vendrá la beca y tendrá tus ojos’ obviamente es una paráfrasis de Pavese. En México todas las labores culturales llevaran, de origen, la marca de lo institucional: el estado paternalista vela por artistas e intelectuales, los coopta, los encamina, los sostiene. Lo hizo el porfiriato, lo mejoró el primer PRI, siempre a la vanguardia para neutralizar y llegar al aquí no pasa nada, y ahora en nuestros días las secretarías de cultura y su inercia de monolito tambaleante no extrañan a nadie y poco significan. Orfandad de orfandades.
Entonces, si el mundo artístico está monopolizado, determinado y cuantificado en nuestro país ¿la verdadera pelea será por la credibilidad? Focalizo desde la literatura y en particular desde la poesía. En primer lugar no hay destinatarios, se trata de un uróboros que escribe y lee para sí, su escritura se muerde su lectura. La poesía es aburrida o, mejor, es aburrida la poesía que se publica para cumplir un plan de tantos libros, de tal cantidad de logros supuestamente visibles y materiales, existentes. Pero existen solo para las bodegas y la humedad y los roedores y la burocracia con tapojos. Y en lo editorial, lo mismo revistas y editoriales independientes, aspiran a que en pocos meses el estado pague la independencia. La marginalidad nunca fue prioridad, en la comodidad de becas y premios se encontró un modo de vida, también en la segunda vida del artista mexicano: ser promotor cultural, burócrata en la cadena alimenticia de la capital o en la municipálida –el neologismo es de Guillermo Fernández– de su terruño de nacimiento. La reciente generación de escritores añadió los ingredientes de figurar, de publicitarse, el triunfo, estar de moda.
Amamantado, paseado y publicado por el sistema, al escritor no necesita contactar a otros terrícolas. Ojo, una obra abstracta y críptica implica muchas veces una digestión profunda de la realidad, lo mismo que una obra vendida como directa, popular e ideología es un panfleto de lugares comunes pretendidamente punzantes. Y ese es otro espejismo de nuestra enajenación promovida en las escuelas, lo abstracto lo que no se entiende lo difícil está mal, es de locos, hay que ignorarlo. Lo mismo que en la música de masas, el amor es el único tema trascendente en la galaxia, me quiere no me quiere, Jaime Sabines plañidero y eternamente tierno y se acabó el asunto, el pueblo tiene en papel su decálogo sentimental.
Cuánto nos puede parecer impenetrable la siguiente frase de Oiticica: ‘Sé marginal, sé héroe’.

Sergio Ernesto Ríos

Publicado en "Revista Cultural Alternativas", Marzo de 2012.